1. Análisis:
La mayor
parte de los alumnos/as están contentos en la clase y se consideran parte del
grupo.
Respecto a su opinión subjetiva en lo relativo a la
conflictividad en el aula muchos afirman que sí hay problemas y que en
ocasiones les resulta complicado seguir la dinámica de la clase o estudiar a
causa del clima de desorden e intranquilidad que se da en ocasiones.
De esto se puede deducir que aunque en general hay un
buen ambiente lo cierto es que hay un conflicto y que este tiene consecuencias
negativas.
-
Existen 5
alumnos considerados prosociales por la clase de los cuales dos son
considerados así por casi la mitad de la clase.
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Al estudiar
la información se observa que 3 compañeros consideran que el alumno 3 se encuentre en una posible
situación de bullying. Consideran
los tres alumnos testigos que el alumno 3 no sufre maltrato físico, aunque sí
piensan que se le intimida o insulta, algo que se le aísla que lo aíslan o
incluso que se le molesta por Internet o a través del móvil.
Con estos datos se podría colegir que no existe un
ambiente de estudio óptimo y que, de acuerdo con el testimonio de los tres
alumnos, uno de ellos puede estar en una situación de riesgo de acoso. Podría
considerar y deducir algunas características del alumno que está aislado, como
por ejemplo el hecho de que no dispone de herramientas ni del apoyo necesario
para encontrar una solución a este aislamiento y/o a una posible situación de
acoso.
Por tanto, se hace necesario intervenir dado que el
riesgo de que la situación empeore es elevado.
2. Intervención
Seguiremos los siguientes pasos:
2.1. Antes que nada, antes
incluso de reunirnos con el alumno en cuestión, se hace necesario reunir a
todos los profesores que le dan clase a este alumno. El objetivo es el de
recabar información sobre el alumno, sobre sus relaciones, su forma de
intervenir en clase, si se muestra apático, si se muestra participativo, si ha
tenido algún roce con algún otro alumno, etc.
También es necesario analizar la relación del alumno
con adultos del centro con los profesores, el personal de apoyo y/o el equipo directivo…
En este sentido tiene especial importancia pedir la
información que ya posea el Departamento de Orientación y el trabajador social
del centro.
2.2. A continuación se hace necesario contactar
directamente con el alumno a fin de conseguir información más directa sobre lo
que le pasa. Habría que preguntarle no sólo por su relación con el grupo clase
en general y con cada compañero en particular sino también con respecto a su
evolución académica, sus estudios, etc. En este punto preguntarle por su
relación con los profesores y tratar de averiguar si con alguno de ellos se
siente especialmente cómodo puede ser útil por cuanto esta persona podría estar
de ahora en adelante presente en las reuniones con el alumno en cuestión.
Una vez conseguido un clima de confianza conviene
tomar nota de las situaciones en las que se haya podido ver involucrado o en
las que haya podido ser víctima de acoso. Es necesario también darle
importancia a los sentimientos subjetivos que él tiene sobre lo que le ha
ocurrido para mostrarle a continuación nuestro apoyo y que podrá contar con
nosotros para afrontar estas situaciones. Es necesario también anotar los
nombres de los alumnos con los que se sienta mejor o más cómodo para tenerlo en
cuenta a la hora de organizar el trabajo en equipos y la situación en la clase.
2.3. Nos reuniremos con la familia con el doble
objetivo de informar de lo que hemos podido detectar y que nos proporcionen también
aquellas informaciones que puedan ser relevantes en relación con la situación
de su hijo.
2.4. Después nos debemos reunir con los alumnos que se
presume están instigando el acoso. Conviene informarles de lo que ya sabemos
para situar esta actitud en su contexto al tiempo que se les informa de las
graves consecuencias que puede tener para ellos que mantengan esta actitud para
con alguno de sus compañeros.
2.5. En este punto hablaremos con los alumnos
considerados como prosociales en el estudio para proponerles medidas de
intervención en las que ellos puedan participar.
Se puede incluir en este grupo al delegado de la clase
para fomentar una dinámica de trabajo y convivencia más respetuosa.
Crearemos un grupo
de apoyo al alumno que puede estar sufriendo acoso.
2.6. En última instancia haremos partícipe a toda la
clase del problema del acoso, del mal uso de las redes sociales y de Internet
en general. Podemos contar con los recursos de la Policía que ofrecen charlas
gratuitas para centros educativos.
3. Seguimiento
Junto al plan de seguimiento sería importante
establecer varias medias para acompañarlo:
-
-Que los
profesores vigilen aquellas zonas y lugares donde se pueden estar produciendo
situaciones de acoso, especialmente en los recreos y en los cambios de clase.
-
-Que el
alumno esté acompañado por el grupo de
apoyo en estos momentos. El grupo de apoyo también deberá informar al
profesorado de cualquier incidencia que haya podido tener lugar.
-
-Que exista
un seguimiento diario por parte del profesor o de la persona de confianza
adulta que haya designado el alumno.
3.1. El plan se seguimiento
Se diseñará un plan de seguimiento con una
temporización a corto, medio y largo plazo.
- - Al comienzo
tendrán lugar las charlas sobre el acoso por parte del profesor o de personas
expertas ajenas al centro.
- - A continuación,
y a medio plazo:
- Planificaremos reuniones con el alumno todas las semanas para dar cuenta de la evolución de la situación.
- De vez en cuando os reuniremos también con el grupo de apoyo para que nos informe de la situación.
- Programaremos reuniones con la familia para informarles de cualquier novedad y que sus padres nos indiquen si han notado algo en su hijo. También abriremos una vía de comunicación rápida entre el profesor de confianza y sus padres y con el tutor.
- - En último
lugar y por ejemplo al final del curso escolar, haremos el mismo estudio entre
los alumnos que participaron en el primero que nos ha servido de guía.